Me encanta ver la Sexta 3, no por las películas, sino por los pequeños programas y documentales que emiten entre éstas. No duran más de dos o tres minutos, pero son francamente buenos. Me gustan especialmente aquellos en los que le preguntan a los actores o directores de turno cuál es su escena favorita de la historia del cine, casi nada. Si yo tuviera que responder a esa pregunta, además de tardar una semana en contestar, cambiaría la escena escogida infinidad de veces.
Pues bien, hace tres semanas que me pregunté a mi mismo qué escena de qué película salvaría de un hipotético incendio que acabara con Hollywood (y con las mecas del cine europeo, que también existen). Sería esta de El bueno, el feo y el malo:
¡ATENCIÓN SPOILER!
¡ATENCIÓN SPOILER!
Ya solo por la música de Morricone esta escena bien vale la pena, pero si le añadimos además un montaje y una puesta en escena perfectas (no recuerdo haber visto nunca planos como los de Leone), el resultado es increíble. Se me ponen los pelos de punta. Al contrario de Peckinpah, que disfrutaba alargando y ralentizando las escenas de acción, Leone dedicaba todo su esfuerzo en dilatar los momentos previos a ésta. De hecho, en la escena que pongo arriba, el italiano ocupa cuatro minutos de película con miradas y pequeños movimientos de manos, y luego resuelve el tiroteo en pocos segundos.
Estas dos escenas también están entre mis favoritas. La primera es de La evasión (Jacques Becker, 1960) y la segunda de Tiburón (Steven Spielberg, 1975). Dejad en los comentarios vuestra escena favorita.
El diálogo de Quint en esta escena fue escrito originalmente por Carl Gottlieb, uno de los guionistas de la película; después fue reescrito por John Milius (conocido sobre todo por ser el director de Conan el bárbaro y coguionista de Apocalypse Now) que le dictó a Spielberg las correcciones por teléfono; y por último fue el propio Robert Shaw quien modificó su monólogo.
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