16 mayo 2012

A bucket of blood



Hoy quiero hablar de una película muy, muy poco conocida, pero que es fantástica: Un cubo de sangre (A bucket of blood). Fue dirigida en 1959 por el rey de la serie b, el prolífico y siempre rentable Roger Corman (en sus memorias asegura que nunca perdió un centavo con ninguna de las cerca  de 400 películas que produjo). 
Escrita por Charles B. Griffith, cuenta la historia de Walter (Dick Miller), un camarero que sueña con ser artista. Un día Walter mata por error al gato de su vecina y decide cubrirlo con arcilla, como si fuera una escultura; vende la escultura y se gana el reconocimiento de los artistas que frecuentan el bar en el que trabaja, que le instan a producir otra obra. Así, el pobre Walter se convierte en asesino para conseguir cuerpos a los que cubrir con arcilla. 


Griffith repetiría este esquema argumental en la próxima película de Croman, La tienda de los horrores (The Little Shop of Horrors, 1960), en la que el dependiente de una floristería se verá obligado a matar para alimentar una planta carnívora. Como curiosidad, un joven Jack Nicholson tiene un pequeño papel en esta película, al igual que el propio Griffith, que es devorado por la planta carnívora. 


Un cubo de sangre fue rodada en tan solo seis días. Este logro de producción fue posible gracias al ahorro de tiempo que proporcionaba el grabar con multicámaras, a la escasa duración de la película (66 minutos) y, sobre todo, a la poca importancia que prestaba Corman al refinamiento técnico. A quien le parezca ajustadísimo un rodaje de seis días, que sepa que para la citada La tienda de los horrores, Corman empleo menos tiempo aún: dos días y una noche de rodaje. 

Siguiendo este link podéis ver la película online.
 http://www.youtube.com/watch?v=3Bgkb0-fYac&feature=watch-now-button&wide=1

Ficha técnica
Director/productor: Roger Corman
Guión: Charles B. Griffith
Música: Fred Katz
Director de fotografía: Jaques R. Marquette (en blanco y negro)
Montador: Anthony Carras
Reparto: Dick Miller, Barboura Morris, Antony Carbone, John Brinkley, Julian Burton, Ed Nelson
Productora: American International Pictures (James H. Nicholson y Samuel Z. Arkoff productores ejecutivos; sin acreditar)

13 mayo 2012

Las fotos que mataron a Liberty Valance I

Aquí os dejo la primera parte de un álbum fotográfico que tuve que hacer para una asignatura este curso. Espero que os guste.

Raiders of the lost ark (1981)
director: Steven Speilberg / director de fotografía: Douglas Slocombe, B.S.C.















The apartment (1960)
Billy Wilder / Joseph LaShalle, A.S.C.















Close encounters of the third kind (1977)
Steven Spielberg / Vilmos Zsigmond, A.S.C.















Once upon a time in tje west (1968)
Sergio Leone / Tonino Delli Colli















The great escape (1963)
John Sturges / Daniel L. Fapp, A.S.C.















The elephant  man (1980)
David Lynch / Freddie Francis, B.S.C.















Tanto si os ha gustado como si no, por favor comentad. En breve la 2ª parte.

12 mayo 2012

DUNDER MIFFLIN, limitless paper, in a paperless world.

Este post no trata sobre cine; absténgase los puritanos. Va sobre televisión. En concreto sobre la mejor serie de televisión jamás creada: The office.
Aunque The office fue parida por  Ricky Gervais en su Inglaterra natal, la versión más famosa de la serie, y la que a mí más me gusta, es la norteamericana. Por una vez los yankees importaron y adaptaron con maestría un producto europeo, y lo que es más raro aún, superaron al original. Yo todavía estoy asombrado de cómo una serie que trata el día a día de una oficina que vende papel en Scranton, Pensilvania, pueda no aburrir nunca. ¿Existe acaso un punto de partida menos interesante?

La página de críticas de Filmaffinity sobre The office está llena de comentarios de personas que vieron un par de episodios y quedaron horrorizados, odiaban la serie. Le dieron una segunda oportunidad y les encantó. The office es así, o la amas o la odias.
Quien no siga la serie no encontrará el sentido de los siguientes videos, es más le desalentarán a verla, pero para aquellos que nos rendimos a las idioteces de Michael Scott (el Regional manager de Dunder Mifflin en Scranton) son simplemente geniales.




















He intentado convencer a todos mis amigos para que le den una oportunidad a la serie. Solo uno lo ha hecho, ahora es su serie favorita también, y ha visto ya más episodios que yo. Dale una oportunidad, la primera temporada tiene solo seis episodios de 20 minutos, es el equivalente a una película de dos horas.  Eso sí, es IMPRESCINDIBLE verla en versión original, si no ni lo intentes. Hay quien después de ver El hombre tranquilo sueña con vivir en Innisfree, yo sueño con vivir en Scranton, y si os decidís a verla, vosotros también.

La Sexta 3 y mi escena favorita

Me encanta ver la Sexta 3, no por las películas, sino por los pequeños programas y documentales que emiten entre éstas. No duran más de dos o tres minutos, pero son francamente buenos. Me gustan especialmente aquellos en los que le preguntan a los actores o directores de turno cuál es su escena favorita de la historia del cine, casi nada. Si yo tuviera que responder a esa pregunta, además de tardar una semana en contestar, cambiaría la escena escogida infinidad de veces.
Pues bien, hace tres semanas que me pregunté a mi mismo qué escena de qué película salvaría de un hipotético incendio que acabara con Hollywood (y con las mecas del cine europeo, que también existen). Sería esta de El bueno, el feo y el malo:

¡ATENCIÓN SPOILER!
Ya solo por la música de Morricone esta escena bien vale la pena, pero si le añadimos además un montaje y una puesta en escena perfectas (no recuerdo haber visto nunca planos como los de Leone), el resultado es increíble. Se me ponen los pelos de punta.  Al contrario de Peckinpah, que disfrutaba alargando y ralentizando las escenas de acción, Leone dedicaba todo su esfuerzo en dilatar los momentos previos a ésta. De hecho, en la escena que pongo arriba, el italiano ocupa cuatro minutos de película con miradas y pequeños movimientos de manos, y luego resuelve el tiroteo en pocos segundos.
Estas dos escenas también están entre mis favoritas. La primera es de La evasión (Jacques Becker, 1960) y la segunda de Tiburón (Steven Spielberg, 1975). Dejad en los comentarios vuestra escena favorita.





























 


 
El diálogo de Quint en esta escena fue escrito originalmente por Carl Gottlieb, uno de los guionistas de la película; después fue reescrito por John Milius (conocido sobre todo por ser el director de Conan el bárbaro y coguionista de Apocalypse Now) que le dictó a Spielberg las correcciones por teléfono; y por último fue el propio Robert Shaw quien modificó su monólogo.

11 mayo 2012

Steven Spielberg y los musicales

Steven Spielberg ha declarado en numerosas ocasiones que le gustaría dirigir un musical. De hecho, durante buena parte de la década de los ochenta, negoció con David Geffen y Michael Jackson la posibilidad de adaptar Peter Pan al cine en forma de película musical. El proyecto parecía ir en serio, John Williams compuso varias canciones y la Columbia estaba dispuesta a producirlo, pero no se sabe muy bien por qué, Spielberg lo aparcó (aunque luego a principios de los noventa rodaría Hook). Sin embargo, aunque en la filmografía del judío de oro no figure ningún musical, hay escenas de varias de sus películas que delatan su gusto por el género.
Los títulos de crédito de Indiana Jones y el templo maldito (1984), en los que Kate Capshaw baila y canta en chino el “Anything goes” de Cole Porter, son buena prueba de lo que digo. Puede que exagere, pero esta escena está rodada con tanta elegancia que podría pasar por un musical de los de la época dorada de la Metro. Para mí no tiene nada que envidiarle a la escena final de Un americano en París, y eso es mucho decir.


Quien no haya visto El color púrpura (1985) que se abstenga de ver el siguiente video, porque es una de las escenas finales de la película.

 

Si en la de Indiana Jones se justificaba el número musical porque la escena transcurría en un club nocturno, en El color púrpura, Spielberg aprovecha el canto de salmos en una iglesia para meter a un montón de negros cantando y bailando. El video acaba con uno de esos ramalazos cursis que tanto le gustan a Spielberg, avisados estáis.
Siento que los videos no respeten el aspect ratio original de las películas, pero es lo mejor que se puede conseguir en Youtube.